¡Buenos días!

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Cuando parecía que tenía a Pedro Sánchez acorralado por el rechazo del decreto ómnibus en el Congreso de los Diputados, Alberto Núñez Feijóo ha visto cómo, de repente, la situación se invertía. Tras el acuerdo del Gobierno con Junts, el acorralado era él. Y ayer tuvo que rectificar: el PP votará a favor de las mismas medidas que antes había rechazado.

El debate interno fue intenso, pero al final se impuso la lógica del mal menor. Elsa García de Blas nos cuenta aquí cómo fue el nuevo giro de guion. Núñez Feijóo tomó la decisión después de que algunos barones territoriales le hicieran ver que podían perder el apoyo de los jubilados si votaban en contra de la revalorización de las pensiones. Finalmente, apoyarán el nuevo decreto a pesar de que contiene las mismas medidas que rechazaron hace una semana en la primera votación. Entre ellas la devolución al PNV del palacete de París que fue incautado por la Gestapo al Gobierno vasco y que hoy alberga el Instituto Cervantes. 

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• También Junts ha reculado en relación con la iniciativa parlamentaria que motivó la ruptura con el PSOE, la que exigía que Pedro Sánchez se sometiera a una moción de confianza. En el nuevo redactado asume que el presidente no se someterá a ella.

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• Mientras tanto, socialistas e independentistas alcanzaban nuevos acuerdos. El último: que en dos años, TVE tendrá en Cataluña un canal que emitirá solo en catalán.  

Con los sindicatos a favor y la patronal en contra, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció ayer que el Salario Mínimo Interprofesional subirá en 2025 un 4,41%, que cómo sabéis, es bastante más que la inflación. Sube 50 euros y se sitúa en 1.184 euros por 14 pagas (16.576 euros al año). La subida beneficia directamente a 2,1 millones de trabajadores.

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El tiempo pasa rápido y la memoria es corta, pero en este punto vale la pena recordar que en 2018 el SMI estaba en 735,9 euros y que desde entonces se ha incrementado en un 60,91%. 

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• Claro que la coyuntura económica acompaña: el PIB creció un 3,2% en 2024 gracias al tirón del turismo y la inmigración. Y sigue creciendo muy por encima de la media europea. Aquí tenéis los datos que ha recogido Antonio Maqueda. 

En un episodio insólito en la historia judicial del país, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, compareció ayer como imputado ante el juez del Supremo, Ángel Hurtado, acusado de revelación de secretos. Ya sabéis: la supuesta filtración de un correo en el que el empresario Alberto González Amador, novio de la presidenta de Madrid, reconocía dos delitos fiscales y proponía un pacto de conformidad para librarse de la cárcel. García Ortiz se negó a contestar al juez y a las acusaciones. A preguntas de su defensa, negó haber filtrado el correo en cuestión. 

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• La Abogacía del Estado, que ejerce la defensa del fiscal general, cuestiona la actuación del juez Hurtado. Considera que la orden de registro del despacho del fiscal fue ilegal y determina la nulidad de la instrucción. Así lo expone en el recurso presentado ante la sala de Apelaciones del Tribunal Supremo, paso previo para pedir amparo al Constitucional.

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• Un auto vacío de justificación. En esta tribuna, el magistrado emérito del Supremo Perfecto Andrés Ibáñez sostiene que esta causa “no hay modo de ver materia incriminable” y, por ello, los autos padecen “una notable debilidad estructural”.