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Qué estrés.
No espere de mí que esta semana pueda hilar ninguna idea para dejar un texto compacto y brillante en esta newsletter. Entre que es diciembre, entre las vacaciones, entre obligaciones profesionales y personales y entre este trabajo y otros trabajos que tengo por ahí como aspirante a estrella de la literatura me ha pillado usted en la peor semana de mi vida.
Así que permítame dejar una serie de ideas escuetas y desordenadas. Algunas tendrán que ver con temas publicados en los últimos días en la web de ICON y otros no, porque estoy muy estresado y no puedo pensar en concreto (aunque sí puedo pensar en croquetas y lo hago todo el rato).
1. Que Paul Mescal no haya cumplido 30 años y ya presuma de canas en algún plató de televisión me hace sentir mucho más tranquilo con las que me salen a mí.
2. Si usted se levanta todas las mañanas con un humor risueño y con plenas esperanzas de que el día le traerá alegría, hágame caso: no se meta en la línea 5 del Metro de Madrid en hora punta. Todo eso se desvanecerá mientras los vagones atestados de viajeros tardan minutos en llegar y usted no puede ni mover los brazos para saludar a alguien conocido que sufre también en el andén de enfrente.
3. En su lugar, puede irse a pasear y observar a las palomas, esos animalitos vilipendiados, insultados y masacrados que, en realidad, si los mira usted de cerca, son bonitos y candorosos. Y si un día una paloma se le caga encima por accidente, recuerde: estaban aquí muchísimo antes que nosotros. Jaime Lorite ha entrevistado a su mayor fan. Va en serio.
4. Me encanta que Amarga Navidad se estrene en marzo. No, me encanta, sin ironía. Ojalá estrenasen algo llamado Un verano de locos ahora en diciembre.
5. ¿Sabe qué otra cosa puede hacer en marzo? Engrosarse el pene. ¡No, era una broma! No lo haga, y si lo hace hágalo solo porque lo desea fuertemente, sin presiones de terceros y siempre poniéndose en buenas manos. Otra cosa que puede hacer en marzo, en realidad, es quererse usted tal cual es, en toda su densidad humana y con todos sus virtudes y perversiones, sin tener que engrosar ni adelgazar nada. En realidad eso debería hacerlo cualquier mes del año. También puede, en marzo o en cualquier otro mes del año (ahora mismo, por ejemplo) comprarse una bonita novela que he escrito (si mis jefes no quieren que me haga autobombo que no me otorguen poder absoluto sobre esta newsletter).
6. Piense en temas de los que hablar en sus cenas familiares navideñas. Yo le advierto una cosa: que haya una bronca abismal por asuntos políticos, sociales o religiosos es desagradable para todos, pero que la conversación se limite a que este año el marisco no está tan rico como el año pasado es tristísimo y gris. Casi mejor la bronca. Tendrá anécdotas divertidas para todo el año.
7. Y si está en plena cena de Nochebuena aburridísimo y nadie tiene una conversación que le entretenga, halle consuelo observando esta foto de Biel Rossell fotografiado para ICON por Alba Yruela. ¡Qué guapo!
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