Nunca sé qué, de todo lo que recomiendo, va a resonar más con los lectores de esta carta. Somos más de once mil, así que asumo que tenemos vidas, gustos, intereses y ritmos distintos. Es imposible acertar con todo el mundo pero, de vez en cuando, algo recibe una mejor acogida. Y nunca sé qué va a ser, siempre es sorpresa. La semana pasada, justo al final, en ese último párrafo que es fácil dejar sin leer o leer en diagonal, recomendaba una tontería del New York Times para estimular la creatividad o pasar el rato. He recibido varios mensajes de lectores que habían pasado el rato entretenidos transformando círculos en otras cosas. Yo también he repetido. A veces. No, a veces no. Casi siempre en esas pequeñas cosas se encuentra un remanso de paz a lo largo del día.

Ya te comenté la semana pasada que junio es época de estrenos. Te confieso que me siento un poco desbordada. Me veo como un jugador de tenis en pleno entrenamiento al que la máquina de lanzar pelotas no deja de bombardear porque está fuera de control. Yo trato de devolverlas todas y que, además, entren. No está siendo fácil seguir el ritmo de todo lo nuevo, llevar un registro, apuntarlo y escucharlo para poder hablarte aquí de ellos con conocimiento de causa. Pero lo intento.

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Empecemos con Rey del Oro. La historia de Harold Vilches, de Podium Podcast Chile. Estoy convencida, a no ser que seas chileno, de que no sabes quién es Vilches. No pasa nada: yo tampoco lo sabía, pero resulta que es o fue (¿se deja de serlo?) el mayor contrabandista de oro de todo Latinoamérica. Estarás pensando: “pues estupendo, otro rico estafador”. Y sí, pero no, porque la historia de Harold Viclhes es increíble. No te la voy a destripar, solo te daré unas pinceladas. Su meteórica carrera como contrabandista comenzó cuando su padre sufrió un ictus que le dejó incapacitado para trabajar en el negocio de joyería que tenía la familia. Con 19 años Harold se vio obligado a hacerse cargo de la empresa y pronto se dió cuenta de que vender y comprar joyitas no daba mucho rendimiento. Se puso entonces a buscar en Google y aprendió que salía mejor comprar y vender oro al por mayor. Liquidó la joyería, buscó intermediarios en internet y, a partir de ahí, no paró de hacer lucrativos negocios que le llevaron poco a poco a montar todo un entramado que implica socios traicionados, contrabando, elaborados procesos de fundición, socios con nombres fantásticos, Perú, Argentina, Dubái y, por supuesto, la fiebre del oro. Cuando escuchaba el otro día los dos primeros episodios, mientras paseaba a mis perros, pensaba que hay que ser de una pasta especial para tener esa sangre fría y esa seguridad en uno mismo para lanzarse a montar algo así. 

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El podcast es una colaboración entre Podium Podcast Chile y el Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos de la Universidad Diego Portales y se basa en más de 25 entrevistas, incluida alguna al propio Vilches, y miles de documentos judiciales de la investigación llevada a cabo por la policía chilena y el FBI. Por supuesto, aquí hay una película. ¿Cómo no va a haberla si hay un personaje que se llama Dagoberto Monedas? 

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Siguiendo con el tema joyerías, robos e historias increíbles, podemos enganchar el siguiente estreno. Esta vez llega de Colombia y es una coproducción entre Peripecia y La No Ficción. El capitán y el brazalete de esmeraldas nos cuenta un suceso ocurrido en Bogotá en 1970, cuando la famosísima selección inglesa de fútbol fue a la capital colombiana a jugar unos cuantos partidos de preparación para el Mundial de México. Estando allí, su capitán, Bobby Moore, fue acusado de haber robado un brazalete de esmeraldas en la joyería del hotel en el que se hospedaban. A partir de ahí, claro, imagina el follón, las pesquisas policiales, el conflicto diplomático, las idas y venidas de unos y otros intentando aclarar lo sucedido y conseguir que Moore llegara a tiempo a México para el Mundial. 

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Félix de Bedout, al que a lo mejor recuerdas de DMG: el sueño de La Hormiga, es el narrador de esta serie con guión de Camilo y Felipe Macías. Me ha gustado muchísimo el primer episodio que pone al oyente en contexto, llevándole a cómo era el Mundo, Inglaterra, Colombia y el fútbol a finales de los años 60 del siglo XX. Otra época, casi otro planeta, en el que las comunicaciones no eran inmediatas y todo iba más despacio. Te la recomiendo muchísimo. Me lo estoy pasando en grande con esta historia. 

Y para terminar, cambio de tercio por completo. Si lo tuyo es el terror o las historias, digamos, escalofriantes, estás de suerte. Se acaba de estrenar en Podium Podcast  La cumbre de los horrores, con Stiff Sullivan. Esta serie está compuesta de episodios autoconclusivos con historias, llamémoslas, incómodas. No es un podcast narrativo que cuente hechos reales. Son ficciones cortas escritas por Sullivan e interpretadas por un estupendo elenco de actores. La primera de ellas, El influencer, me dejó un poco el cuerpo del revés. No puedo decirte mucho más porque el factor sorpresa es fundamental.

Estamos de enhorabuena porque ha vuelto (De eso no se habla), con Isabel Cadenas Cañón y todo su equipo. Esta nueva temporada se titula Se llamaba como yo y, al igual que en Lunáticas, es una serie cerrada que cuenta una única historia, la de Begoña Urroz y su familia. También como en Lunáticas, Isabel vuelve al País Vasco a descubrir silencios de la mano de sus protagonistas, pero aquí, además, se lanza, ¿se sumerge? en eso que se llama “el problema vasco”. 

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Begoña Urroz murió abrasada por una bomba en la estación de Amara en San Sebastián en 1960. Tenía 22 meses. Era de Lasarte. Unos años después, sus padres tuvieron otra hija a la que también llamaron Begoña, y esta Begoña a la que Isabel dedica la serie y con la que ha pasado horas para, partiendo de su caso particular, retratar el relato que del terrorismo de ETA se hizo a principios del siglo XXI. 

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Se llamaba como yo es un podcast complejo, denso, incómodo, que obliga al oyente a replantearse asunciones intelectuales, auto lecturas sobre el terrorismo y silencios. Como siempre, todos los detalles están cuidados al máximo y la música original de Maite Larburu y Vega Montero es maravillosa. 

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Tengo mucho interés en que lo escuches y lo disfrutes. Isabel toma una decisión estilística muy personal que entiendo, pero que a mí no me funciona, y estoy haciendo una encuesta a mi alrededor, con oyentes, para saber qué opinan de esa decisión. No te la cuento, si lo escuchas, sabrás de qué hablo. Ven a contármelo.