Las novedades, las noticias y las críticas de los programas y series de televisión
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Eurovisión y 'La familia de la tele', temas de interés nacional
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NATALIA MARCOS
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A la izquierda, Melody en la final de Eurovisión. A la derecha, María Patiño y Belén Esteban en 'La familia de la tele'.
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Vaya semanita. O vaya semanitas. Aunque no te interese Eurovisión, seguro que te has enterado, porque todo lo que rodea al festival europeo de la canción, supuestamente apolítico, ha escalado a tema de interés nacional. Y Eurovisión ha opacado el anterior tema televisivo que había crecido hasta cotas insospechadas, La familia de la tele. En este boletín me gusta llevar una agenda de temas propia que no tiene por qué estar pegada a la actualidad más rabiosa, pero esta vez es imposible escapar del asunto. O de los asuntos. Así que vamos a ello.
Sobre Eurovisión, ya hay poco más que contar. Es un tema que genera tanto interés, y lo más importante hoy en día, da tantas visitas a los medios, que se han sacado historias hasta de debajo de las piedras. Todo está ya contado y recontado. En definitiva, un festival de canciones que organiza la principal alianza mundial de medios de comunicación de servicio público, la Unión Europea de Radiodifusión, y que prohíbe en sus normas el uso de la política en el certamen, se ha convertido en pura política por no querer meterse en política. La participación de Israel mientras realiza una masacre en Gaza ha adulterado todo (como antes lo hizo la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero en ese caso se eliminó al agresor de la competición). RTVE ha pedido explicaciones por un televoto masivo a favor de Israel, algo que ocurrió también el año pasado (y que la cadena pública entonces pasó por alto).
GfK DAM, medidor oficial del consumo digital en España, ha analizado el uso de la app de Eurovisión en España durante el festival. Según los datos que me han facilitado, el acceso a la aplicación oficial de Eurovisión, desde la que cada persona podía enviar hasta 20 votos por cada tarjeta de crédito y correo electrónico que se introdujera (como explicó aquí Jordi Pérez Colomé), creció desde el comienzo de la final del festival, el sábado a las 21.00. A las 23.27 se produjo el momento en el que hubo más personas conectadas a este sistema de votación, que fue el mayoritario durante la final (también se podía votar por sms y llamada). Ese minuto coincide con el final de las 26 actuaciones de los países en competición. Hubo otro pico durante las actuaciones hacia las 22:42, a la altura de la interpretación de Armenia.
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JJ, con el Micrófono de cristal que lo acredita como ganador de Eurovisión. / DENIS BALIBOUSE (REUTERS)
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El informe de GfK DAM explica que la primera semifinal, que se emitió en La 1 y en la que cantó Melody, también movilizó a muchos eurofans, con su mayor pico de acceso en torno a las 22.30. En cambio, la segunda semifinal, en la que participó Israel y que se emitió en La 2, tuvo un consumo “más plano y estático, sin grandes picos destacables”. El informe de GfK DAM concluye que esta edición ha generado un mayor impacto que la del año pasado, lo que se refleja en un aumento del 10% en la actividad en la app oficial en comparación con la final de Eurovisión 2024. Eso sí, los datos de esta medición no permiten saber cómo se repartieron esos votos desde España. Para eso habrá que esperar a lo que la UER quiera desvelar.
En EL PAÍS seguiremos informando de las novedades sobre Eurovisión y sobre Melody (rueda de prensa el próximo martes). Por ahora, vamos a pasar a otro asunto en el que creo que la política también ha metido algo de mano. Esta es solo mi opinión, una que, por otra parte, nadie me ha pedido. Pero, desde mi punto de vista, detrás de muchas de las críticas más furibundas hacia La familia de la tele hay, como con Eurovisión, elementos políticos. Y bastante clasismo.
No creo que el programa, tal y como está formulado ahora, esté emitiendo su mejor versión. Creo que necesita un meneo importante en sus contenidos y en la forma de abordarlos. Pero muchos programas empiezan con mal pie y pueden corregir (ya están intentando hacerlo, aunque quizá lo tendrían que intentar con más fuerza). No han acertado en temas ni en tono. Ni siquiera creo que tenga sentido la división horaria: es complicado que quien vea el primer tramo vuelva después al segundo. También es complicado que una misma persona tenga interés en los contenidos de La familia de la tele y en las series que se intercalan en medio: tienen temas y enfoques tan diferentes que parecen de programas ideados por seres de planetas distintos. Y no entiendo qué sentido tiene considerar todo dentro de un contenedor. ¿Elevar artificialmente el dato de audiencia? ¿Eso no es un poco la técnica del avestruz?
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Una imagen del primer día de 'La familia de la tele'. / RTVE
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Fue interesante el programa en el que se arrancaron a hacer autocrítica y convirtieron en contenido el problema de identidad y de audiencias que sufren. Fue interesante porque vimos que, efectivamente, al otro lado hay personas que piensan lo mismo que los que los vemos: que no tenía sentido los tres presentadores tan diferentes mezclados, que la división en dos partes, comienzo y continuación en RTVE Play y demás les machaca, que a veces se junta demasiada gente en el plató, que les hacen daño las críticas y las malas audiencias. Que son seres humanos que se han visto en una situación que sabían que sería complicada pero no que lo sería tanto.
Los datos de audiencia son claros: el programa no ha arrancado bien. Desde el martes 6 de mayo, el primer día en el plató (lo del desfile del lunes 5 de mayo quedó claro bien pronto que había sido un error de cálculo), y quitando los dos días en los que el cónclave alteró la programación, el contenedor de La familia de la tele ha promediado un 9,2% de cuota. Pero ese dato está dopado por el gran interés (enorme en algunos casos) que despiertan las series Valle salvaje y La Promesa, que incluso en estos días han batido récords históricos. Si se miran los datos del programa en sí, el primer tramo ha promediado un 7,2% de cuota y el segundo, un 6,1%. Este martes, con un 5,2%, el segundo tramo ha marcado mínimo desde su estreno, es decir, la progresión no está siendo buena. Son datos malos y seguro que por debajo de las expectativas. La 1 lleva hasta ahora una media del 10,6% de cuota, aunque este dato seguramente baje de aquí a final de mes porque está influido por el tirón de Eurovisión. Sea en comparación o sea por sí solo, está claro que la audiencia no está respaldando la propuesta de La familia de la tele. Les toca remar si quieren salir a flote.
Sí creo que hay margen de mejora y que el entretenimiento bien entendido tiene cabida en TVE. Solo faltaba. Que siempre hay que dar tiempo a un programa de este tipo. Que viene el verano y es una gran oportunidad para reformular y probar cosas nuevas. Que hacer buena televisión no es fácil y no vale con sumar y sumar personajes que tuvieron tirón en el pasado. Que lo que funcionaba en un lado y en un tiempo no tiene por qué funcionar en otro sitio y otro momento. Y que no siempre se acierta a la primera y rectificar es de sabios.
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Lo que estoy viendo
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Milly Alcock y Julianne Moore, en el primer episodio de la serie 'Sirenas'. / NETFLIX
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En estos días he podido ver muy, muy poco. Eurovisión lo ha absorbido todo. Espero recuperar el ritmo en los próximos días. Tengo acumulación de series que vienen pendientes de ver. Por ejemplo, de Sirenas (Netflix) solo pude ver el primer episodio, y no me parece suficiente para saber qué tal está la serie. Solo plantea la situación, con dos hermanas, una de ellas (Milly Alcock) trabaja para una especie de gurú (Julianne Moore) que vive rodeada de lujo, y su hermana (Meghann Fahy) acude a su rescate con la intención de que vuelva con ella para ayudar en el cuidado de su padre. El ambiente recuerda a The White Lotus y a La pareja perfecta, en las que ya vimos a Meghann Fahy (que yo conocía de The Bold Type; por cierto, aprovecho: ¿por qué nunca llegamos a ver su final en España? ¿Por qué tanto odio hacia nosotros?). Obviamente, la recién llegada no encaja para nada en el ambiente elitista del lugar. Con un poco de misterio, un poco de drama y un poco de comedia, el tono de la serie es extraño, pero el primer episodio es suficientemente entretenido como para animar a seguir.
Y en los ratos que me ha dejado libre el trabajo, he tratado de desengrasar con Las cuatro estaciones (Netflix), de la que ya hablé cuando se estrenó y que estoy guardando para los ratitos en los que necesito algo ligero y entretenido, lo que es esta serie.
Podéis mandar vuestras sugerencias televisivas (programas, series, documentales...) a nmarcos@elpais.es. Incluid, por favor, vuestro nombre, qué recomendáis y por qué lo hacéis en un párrafo. ¡Gracias!
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Zapeo de noticias
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Y sin embargo, el mundo sigue moviéndose y hay más cosas ahí fuera aparte de Eurovisión y La familia de la tele, aunque no lo parezca. Esta semana, por ejemplo, hemos sabido que Barrio Sésamo va a seguir con vida gracias al acuerdo que han cerrado con Netflix después de que HBO Max no renovara su contrato. El trato incluye la adquisición por parte de Netflix de 90 horas de episodios antiguos que se podrán ver en todo el mundo.
Hablando de HBO Max... ¿Os acordáis de que HBO España luego pasó a llamarse HBO Max y luego fue Max? Pues desde este verano volverá a ser HBO Max. Y tras pasar por el morado y el azul como color oficial, regresan al negro. Porque donde dije digo, digo Diego. Los tumbos que está dando Warner Bros. Discovery en la imagen de marca de su plataforma son dignos de estudio. Me acuerdo de que portavoces de la compañía explicaron en su momento que el cambio de HBO Max a Max se hizo para proteger la marca HBO y no relacionarla con otros contenidos (los programas de telerrealidad y deportes de Discovery y Eurosport, por ejemplo), pero se ve que ahora eso ya no importa. O que HBO era una marca tan fuerte, con tanto prestigio y con tanto arraigo en el imaginario colectivo que era mejor correr el riesgo que perder identidad. Sé que muchos no dejasteis de referiros a esa plataforma como HBO Max, yo tampoco lo hice en el día a día a día. De hecho, normalmente me refiero a ella como HBO a secas (seguro que vosotros también). Tal es la fuerza de esa marca. Lógico volver a ella.
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