The World: Tras las pistas de un desastre medioambiental
Además, una votación en EE. UU. sobre los archivos del caso Epstein
El Times
19 de noviembre de 2025

Bienvenidos a The World, un boletín sobre la actualidad internacional.

Buenos días a todo el mundo. Muchas empresas se promocionan como compañías limpias y ecológicas a las personas que se preocupan por el medioambiente. Pero las cadenas de suministro mundiales se han vuelto tan complejas que es difícil saber si un producto es realmente respetuoso con el planeta o si acarrea un terrible costo humano.

Mi colega Peter Goodman lleva un cuarto de siglo investigando a las empresas. Recientemente fue a Nigeria, desde donde reportó sobre las fábricas que reciclan las baterías que se utilizan en millones de automóviles estadounidenses y europeos. Volvió con dolores de cabeza severos y niveles altos de plomo en la sangre, un pequeño indicio de lo que enfrentan todos los días quienes viven cerca de estas fábricas. A continuación, puedes leer su informe.

También:

  • Votación en Estados Unidos sobre los archivos del caso Epstein.
  • Ucrania intenta reactivar las negociaciones con Rusia.
  • Una semana importante para el mercado del arte.
GIF de un reportero sujetando una batería de carro y hablando a la cámara, junto con tomas de vehículos y carreteras.
Haz clic en este video para verlo completo en inglés. The New York Times

Una ciudad cubierta en plomo

El polvo de plomo está en todas partes en Ogijo, una ciudad al norte de Lagos. Está en el piso de las cocinas, los huertos, las iglesias y los patios de las escuelas.

Los habitantes absorben partículas de plomo en su torrente sanguíneo cada vez que respiran. El metal entra en sus cerebros y causa estragos en sus sistemas nerviosos. Los niños pequeños lo ingieren cuando gatean y se llevan las manos a la boca, lo que en algunos casos provoca daños cerebrales irreversibles.

Esta catástrofe de salud pública es el resultado de las fábricas que se encuentran en la ciudad y reciclan baterías de automóviles, de las que se extrae el plomo que contienen para construir nuevos productos. Estas fábricas se han establecido en Nigeria debido a un hecho ya conocido, aunque desagradable, de la economía mundial: a medida que normas más estrictas han limitado la contaminación por plomo en las naciones más prósperas, los fabricantes se han trasladado al extranjero. Y se han hecho cada vez más dependientes de comunidades tan desesperadas por encontrar empleo que sus dirigentes han aceptado de manera fáctica el envenenamiento por plomo como un costo de subsistencia.

Puedes hacer clic aquí para leer los detalles de nuestra investigación, realizada en colaboración con The Examination, un medio sin fines de lucro que investiga la salud mundial. Mandamos a hacer análisis de sangre a 70 residentes de Ogijo, que detectaron niveles nocivos de plomo en 7 de cada 10 personas. Y rastreamos el plomo reciclado en Nigeria hasta un importante fabricante de baterías de Estados Unidos, cuyos productos están bajo el capó de millones de coches.

Samuel Granados/The New York Times

Lo que sucede en Nigeria es una situación sorprendente y conocida a la vez. Sorprendente por la magnitud de los daños; conocida porque se generan dinámicas similares en miles de otros productos.

A medida que las cadenas de suministro se expanden a través de los océanos, los vínculos se han vuelto tan complejos que los minoristas a veces no están seguros del origen de sus piezas y materias primas. Incluso las empresas con las mejores intenciones tienen dificultades para saber qué compran, a quién y con qué consecuencias sociales y medioambientales.

La misma historia, diferentes industrias

Durante el último cuarto de siglo, he escrito diversas versiones de esta historia.

Mientras investigaba la tala ilegal en Asia, descubrí que un importante minorista internacional ignoraba —o al menos podía negar de manera plausible— que utilizaba troncos talados ilegalmente en el Lejano Oriente de Rusia.

Descubrí que una reconocida marca de moda estadounidense desconocía —o prefería no hablar de eso— las brutales tácticas utilizadas para sofocar un movimiento obrero en una fábrica de sus productos en Guatemala.

Y descubrí un enorme minorista estadounidense que contrataba a una empresa multinacional de auditoría para que examinara las fábricas de todo el mundo, incluidas las de Vietnam, Turquía y México, en busca de trabajo infantil, pero que apenas le prestaba atención al siguiente eslabón de la cadena: los proveedores de sus proveedores.

El reciclaje de baterías es una industria especialmente tóxica que hay que explorar.

Los fabricantes de baterías norteamericanos y europeos han sido pioneros en implementar elaborados sistemas de reciclaje y se han proyectado como paladines medioambientales. La industria automovilística cita su reutilización del plomo como uno de los ejemplos principales de la economía circular.

Sin embargo, al utilizar plomo importado, los fabricantes dependen de intermediarios que les garanticen que el metal se ha producido de manera segura. Estos intermediarios realizan inspecciones en las que señalan los problemas y recomiendan la instalación de equipos que limiten la contaminación, pero dejan que las fábricas decidan si los implementan.

En esencia, la industria ha diseñado un sistema en el que, cuando surgen problemas, todos pueden culpar plausiblemente a los demás.

Nuestra investigación reveló que parte del plomo reciclado en Nigeria lo compraba East Penn Manufacturing, el segundo mayor fabricante de baterías para automóviles de Estados Unidos. Cuando confrontamos a la empresa, el presidente ejecutivo nos dijo que, hasta nuestra investigación, había confiado en las garantías de sus operadores de que todo marchaba bien.

“¿Es posible que haya sido demasiado confiado?”, dijo. “Me lo reprocho”.

GIF que muestra el nivel de plomo en sangre de varias personas.
Carmen Abd Ali para The New York Times

Los incentivos para hacer las cosas baratas

También pasamos tiempo con una empresa nigeriana llamada Green Recycling que asumió los costos adicionales de hacerlo bien: pidió prestados millones de dólares para instalar equipos que limitan la contaminación por plomo.

Pero Green no podía competir con otras empresas. No podía cobrar lo suficiente para cubrir los costos del préstamo. No podía pagar lo suficiente por las baterías gastadas y estaba constantemente superada por las ofertas. Y ahora Green quebró.

Y quizá esta sea la parte más inquietante de estas cadenas de suministro: como la mayoría de sus componentes son invisibles para los consumidores —e incluso para otras empresas implicadas en la producción—, el incentivo para hacer las cosas bien suele quedar superado por una fuerza más poderosa: la recompensa de hacerlas baratas. Aunque sea a costa de una intoxicación permanente por plomo en las comunidades pobres de África Occidental.

Lee el reportaje completo aquí [en inglés].

¿Quieres darnos tu opinión sobre este boletín? Responde a nuestra breve encuesta aquí.

OTRAS NOTICIAS DESTACADAS

Una persona con chamarra oscura y gafas de sol sostiene un cartel blanco sobre su cabeza. En el cartel se lee “¡HAY QUE LIBERAR LOS ARCHIVOS AHORA!”, al fondo se ve un edificio con columnas.
Exterior del Capitolio el martes Tierney L. Cross/The New York Times

Los legisladores estadounidenses votaron a favor de publicar los archivos del caso Epstein

La Cámara de Representantes aprobó con una mayoría decisiva un proyecto de ley que exige al Departamento de Justicia hacer públicos todos los archivos relacionados con su investigación sobre el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.

Algunos republicanos trabajaron durante meses para bloquear la votación, temerosos del enfado del presidente Donald Trump, quien había desestimado los documentos como parte de un “engaño”. Sin embargo, Trump dio marcha atrás después y animó a los legisladores a respaldar el proyecto de ley. Como explica mi colega Luke Broadwater, Trump tiene el poder de hacer públicos los archivos sin necesidad del Congreso. ¿Por qué no lo hizo?

Donald Trump camina por una alfombra roja, con una mano en la espalda del príncipe heredero Mohammed bin Salman. Al fondo se ve un edificio con cúpula.
El presidente Trump y el príncipe heredero Mohammed bin Salman durante su reunión de ayer en la Casa Blanca Haiyun Jiang/The New York Times

Trump defendió al príncipe heredero saudita por el asesinato de un periodista

Trump elogió ayer en la Casa Blanca al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y no respondió a la pregunta de un periodista sobre la muerte y descuartizamiento de Jamal Khashoggi, periodista de The Washington Post, en 2018. “Son cosas que pasan”, dijo Trump.

La visita significó un giro diplomático sorprendente para el príncipe heredero, quien no había estado en territorio estadounidense desde el asesinato de Khashoggi en la embajada saudita en Estambul. Trump dijo el lunes que tenía la intención de vender cazas F-35 al reino, a pesar de las preocupaciones sobre los riesgos que entraña la venta de la tecnología de los aviones a un aliado que mantiene una asociación de seguridad con China.

QUÉ MÁS ESTÁ PASANDO

EN INGLÉS HAY MÁS

DEPORTES

Fórmula 1: Conoce el plan para que el Gran Premio de Las Vegas se recupere tras un mal año.

Tenis: ¿El pádel puede convertirse en un verdadero rival?

EL TITULAR DEL DÍA

La esposa de una astronauta se declara culpable de alegar falsamente un delito desde el espacio

—Una mujer se declaró culpable la semana pasada de mentir a las fuerzas de seguridad al acusar falsamente a su pareja, quien es astronauta, de acceder ilegalmente a su cuenta bancaria desde la Estación Espacial Internacional.

LA LECTURA MATUTINA

Cinco imágenes que muestran la ciudad de Gragnano, una fábrica de pasta, la producción de pasta y un plato de pasta.
Gianni Cipriano para The New York Times

Para muchos hogares italianos, la pasta es un alimento básico. Pero en Gragnano, cerca de Nápoles, es algo más: una artesanía que desde hace siglos ha definido a esa localidad. Allí tiene su sede Garofalo, uno de los mayores exportadores de pasta de Italia.

Las cocinas estadounidenses son un mercado importante para Garofalo, pero eso podría terminar el próximo año. La empresa y otra decena de productores italianos se enfrentan a aranceles de más del 100 por ciento sobre sus exportaciones a Estados Unidos. Aquí puedes conocer más de esta historia al dente.

ALREDEDOR DEL MUNDO

Un GIF animado de diferentes secuencias de gente mirando obras de arte y entrando en una subasta de arte.
OK McCausland para The New York Times

Lo que se vende… en el mundo del arte

Es una semana importante para el mercado del arte. Después de una mala racha en la que disminuyeron las ventas, los vendedores de arte insisten en que la situación está cambiando. Algunas de las próximas subastas de esta semana pondrán a prueba la capacidad del mercado.

Un cuadro surrealista de Frida Kahlo podría alcanzar los 60 millones de dólares el jueves, en cuyo caso sería un récord en subasta pública por una obra de una artista femenina. Con una estimación de unos 150 millones de dólares, se espera que el exuberante retrato de Elisabeth Lederer, hija de su mayor mecenas, sea la obra más costosa de esta temporada.

La puja por un inodoro de oro de Maurizio Cattelan (el escultor cuyo plátano pegado con cinta adhesiva causó sensación el año pasado) comienza en 10 millones de dólares. Las casas de subastas predicen que las ventas de la semana podrían generar 2200 millones de dólares. Echa un vistazo a las seis principales obras de arte que saldrán a subasta.

RECOMENDAMOS

Leer: La escritora de ciencia ficción Chloe Gong recomienda estas novelas ciberpunk llenas de suspenso tecnológico.

Mirar: Sirat, de Oliver Laxe, es quizá la película menos fácil de describir y más terrorífica del año.

Vestir: ¿Está volviendo el traje? Nuestra crítica de moda te da consejos para usar el traje sastre.

LA RECETA

Un plato con tres pedazos de pescado cubiertos de una salsa de tomate y cebolla.
Andrew Scrivani para The New York Times

Si has viajado por las islas griegas, es probable que hayas probado este