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Este es el boletín de la sección de Madrid de EL PAÍS, que sale dos veces por semana. Los martes llega al buzón de los lectores a las seis de la tarde con la firma de Miguel Ezquiaga. Los viernes la entrega está dedicada a propuestas culturales, llega a mediodía y la firma Héctor Llanos Martínez. Si no estás suscrito, puedes apuntarte aquí.
Esta semana me ha salido una newsletter muy teatral. Pero es que hay que aprovechar las oportunidades. Si la semana pasada era interesante ir al cine porque era más barato de lo habitual y porque había varios festivales en activo con títulos que no están en cartelera, esta semana llega el Festival de Otoño y va a cargar todo el mes de propuestas muy interesantes que transcurren sobre las tablas. Aunque no todas las que incluyo hoy forman parte de su programación.
Sí que es parte del Festival de Otoño Réquiem para un alcaraván, un espectáculo de la danza performativa de Lukas Avendaño. El artista mexicano es muxe. Se trata de un hombre de una comunidad indígena de la región del istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, México, que asume las funciones femeninas tradicionales (afectivas, emocionales, sexuales). En su día, hablamos bastante de la comunidad muxe en Verne México, aquí y aquí.
En esta pieza que puede verse el sábado 8 y domingo 9 de noviembre en el Conde Duque representa rituales muxes como un manifiesto de reivindicación y exaltación de esa comunidad. Esta pieza “de desagravio a los putos del mundo” reivindica al otro frente a los prejuicios y los estereotipos. Los aspectos ficcionales de la propuesta se desestabilizan para desdibujar los bordes entre la escena y sus espectadores.
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