Jorge Morla habló con un fan de Tarr y de Krasznahorkai, Diego Moldes. Y yo charlé con una cineasta que estudió con Béla Tarr, Pilar Palomero. Ambos estaban contentos con la elección de la Academia Sueca. Por cierto, la relación entre los nóbeles de Literatura y el cine tienen larga tradición. El día en que ganó ese honor Mario Vargas Llosa, yo entrevisté a José Sacristán, que protagonizó la única película dirigida por el escritor peruano, Pantaleón y las visitadoras (1976). Pero vamos, que es un ejemplo entre muchos: García Márquez, Fo, Kipling, Shaw, Mann, O'Neill, Buck, Gide, Faulkner (¿os tengo que recordar Amanece, que no es poco?), Jiménez, Hemingway, Camus, Pasternak, Steinbeck, Andrić, Golding... Es que es prolífica esta relación, hasta llegar al punto de que Camilo José Cela, que fue censor de cine durante el franquismo. Y cuando esa lista de galardonados entra en el siglo XXI, la retroalimentación es profunda: la gente conoce más a la bielorrusa Svetlana Alexiévich por la serie Chernóbil, que por el libro en que se basa, Voces de Chernóbil, que os recomiendo de corazón. O pensad en Kazuo Ishiguro, con el que charlé felizmente una mañana en el festival de San Sebastián sobre su amor al cine.
Hoy, por rematar los temas de Nobel y cine, el actor secundario Donald Trump, conocido por sus papeles en Solo en casa 2: perdido en Nueva York y Celebrity, no ha ganado el Nobel de la Paz.
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