Toda la actualidad cinematográfica
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La gloriosa zambullida en el mundo de Chantal Akerman
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GREGORIO BELINCHÓN YAGÜE
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Hola a todos:
La semana pasada disfruté de un placer: hacer un viaje relámpago a Lisboa, a visitar la exposición Travelling, una antológica sobre la belga Chantal Akerman. Os recuerdo la que se lio en 2022 cuando Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles encabezó por primera vez la prestigiosa lista que elabora cada década la revista británica Sight and Sound, y en la que la votación de 1.600 especialistas la colocó por encima de Vértigo o de Ciudadano Kane. Dicho de otra manera: la mejor película de la historia la había dirigido una realizadora que, en el momento de su estreno, ni siquiera había cumplido 25 años y que retrata en su primer largo la existencia durante tres días de una mujer dedicada a unas tareas cotidianas realizadas de manera morosa, casi robótica (filmadas en rotundos planos secuencia), que para sacar adelante económicamente a su hijo se dedica a la prostitución.
Ahora se celebran los 75 años del nacimiento de Akerman, el medio siglo del estreno de su obra maestra, y hace una década de su suicidio, que nos dejó sin aire -aunque en el fondo se pudiera intuir que podía pasar- a sus fans.
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Un momento de 'Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles'.
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En el edificio del MAC/CCB —situado entre dos de los monumentos más visitados de Lisboa, el monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubrimientos, todo a la orilla del Tajo en Belém—, el visitante accede al mundo de Akerman en su plenitud: el recorrido es artístico, pero la comisaria, Laurence Rassel, ha recurrido a las palabras de Akerman para los carteles que acompañan cada parada, y en esos extractos, como la cineasta intrincó de tal manera su vida en su obra, se mezclan sus vivencias y su arte.
Todo un acierto para retratar a una creadora muy influyente en las generaciones posteriores. Con cinco cineastas que se confiesan fans de su obra (Belén Funes, Alauda Ruiz de Azúa, Luis López Carrasco, Isabel Coixet y Neus Ballús) hablé para completar este reportaje sobre la exposición lisboeta y la furiosa actualidad de la obra de Akerman.
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Aspecto de una de las salas de la antológica 'Travelling', sobre Chantal Akerman, en el museo MAC/CCB de Lisboa. / ANTONIO JORGE SILVA
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En Lisboa puedes pasear por sus comedias (Golden Eighties, Romance en Nueva York), sus adaptaciones literarias (La cautiva, La folie Almayer), su abandono de los estudios y sus viajes por EE UU, su revisión constante de su obra (de D’Est se puede ver la película de 1993 y su segmentación en piezas en 1995 en 25 monitores que sumerge mejor al público en los viajes de Akerman a Europa del Este tras la caída del sistema soviético), sus videoinstalaciones...
En las salas se ve material inédito, como fotografías, guiones originales, numerosas notas con confesiones (“Tengo una relación con la escritura tan fuerte como con el cine”, aventuraba en 1967), mapas para las localizaciones y algunas piezas visuales.
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Videoinstalación 'Woman Sitting After Killing' (2001), nacida de la secuencia final de 'Jeanne Dielman...', de Chantal Akerman, el museo MAC/CCB, de Lisboa. / ANTONIO JORGE SILVA
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Desde sus mujeres en cocinas —ahí está, seminal, su primer corto, Saute ma ville (1971)— a los desiertos, impresiona A Voice in the Desert, de 2002, instalación en la que se ve cómo Akerman proyectó en una pantalla en el desierto de Arizona, colocada entre dos montañas, cada una a un lado de la frontera, su documental De l’autre côté, sobre los inmigrantes mexicanos que intentaban entrar en EE UU; de los sufrimientos de la humanidad a sus atmósferas más íntimas; de sus trabajos más comerciales a sus filmes experimentales, sus videocreaciones y sus libros. Casi todo Akerman está en Lisboa.
Casi, porque la exposición acaba con su muerte. La elección de Jeanne Dielman... como mejor película de la historia ocurrió en diciembre de 2022, y sobre ese feliz acontecimiento, la viuda de Akerman, la chelista y compositora de sus bandas sonoras Sonia Wieder-Atherton, dijo en Madrid dos semanas después: “Siempre tendrá haters. Déjalos que griten, porque ellos se lo pierden. Son batallas sin sentido [...]. Para Chantal esa película fue como un enorme banquete. Sabía que con el tiempo Jeanne Dielman... significaría algo en la historia del cine". Os recomiendo escaparos a Lisboa, porque la exposición estará hasta el 7 de septiembre.
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Abou Sangaré, quedaos con este nombre
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