Este es el boletín de la sección de Madrid de EL PAÍS, que sale dos veces por semana. Los martes llega al buzón de los lectores a las seis de la tarde. Los viernes la entrega está dedicada a propuestas culturales, llega a mediodía y la firma Héctor Llanos Martínez. Si no estás suscrito, puedes apuntarte aquí.
Komainu es el templo del ramen artesano en Madrid, de altísima calidad y sin conservantes (sin glutamato, atención) ni potenciadores de sabor más allá de la gran calidad de sus productos. Su local en Chamberí triunfa desde hace años y, lo que quizá no saben quienes hacen cola para entrar en él es que hace unas semanas sus creadores, el matrimonio formado por Gonzalo Ibañez y Aska Okumura, han abierto otro local en la calle de Manuela Malasaña 9. Y además viene con una oportunidad única que no encontrarás en Chamberí.
La preparación de la receta Tonkotsu Sababushi Tsukemen es tan laboriosa y su sabor tan apreciado, que solo ofertan seis unidades al día, de martes a jueves en la hora de la cena. Se puede solicitar bajo reserva y solo en este nuevo restaurante. Pero te puedo asegurar que vale la pena.
Y no solo este nuevo plato. En Komainu encuentras sabores muy difíciles de atrapar fuera de Japón. A mí me ha sorprendido las gyozas de Kimchi, que son delicadas tanto en su masa como en su relleno. Y lo mismo pasa con el kakuni. Si te dicen que es panceta, quizá te parezca un plato muy contundente, cuando es todo lo contrario. Está cocinada 24 horas a baja temperatura y es carne que se deshace en la boca, con un punto de mostasza karashi, también conocida como mostaza de castaña, y una rica cebolleta.
Los huevos marinados en soja que encuentras en algunas de sus recetas de ramen es otra experiencia religioso-gastronómica. Y recomiendo muy insistentemente el yuzu con el que hacen sus postres. Ese cítrico tan característico que procede de Asia oriental queda muy lejos en otras partes del mundo. Cuando encuentras uno bueno, como el de Komainu, entiendes el gran potencial que tiene en las recetas de postres. En este restaurante de Malasaña puedes probarlo en forma de daifuku (un mochi) y también en una tarta de queso que, en este caso, se deja influir por la gastronomía española: en vez de ser esponjosa al estilo nipón, es cremosa como la de la mejor tradición vasca.
En su menú hay también ramen frío, igual de sabroso y con un toque picante, cuenta con kits de ramen artesanal para hacerlos en casa y en breve la carta del local cambiará para adaptarse al verano.
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